Los bebés son vulnerables a la pérdida de agua que puede resultar de sudoración excesiva, diarrea, vómitos, fiebre, exposición al calor y baja ingesta de líquidos. La deshidratación en los bebés puede convertirse rápidamente en una situación potencialmente mortal, no solo por la pérdida de fluidos corporales, sino también por un desequilibrio en sus electrolitos. A diferencia de los adultos que pueden beber agua cuando tienen sed, los bebés no pueden compensar su pérdida de agua rápidamente. Por lo tanto, es vital que los padres reconozcan los signos de deshidratación.
Contenido
¿Cuáles son los signos de deshidratación en los bebés?
Los signos de deshidratación leve incluyen:
- boca seca
- llorando sin lágrimas
- irritabilidad
- letargo
- pañales secos durante seis o más horas
Signos de deshidratación severa:
- Piel fría, seca o con manchas
- somnolencia inusual o irritabilidad
- Fontanela hundida, ojos y mejillas.
- pulsos rápidos o débiles
- respiración profunda y rápida
- contracciones musculares
Lleve a su bebé al médico de inmediato si:
- no puede ser despertado
- tiene fiebre alta
- constantemente vomita o es incapaz de retener líquidos
- tiene heces con sangre
- tiene dolor de estómago severo
- no ha mejorado en 24 horas
Qué hacer si mi bebé muestra signos de deshidratación
1. Ofrecer solución de rehidratación oral
Los médicos generalmente recomiendan usar una solución oral como Pedialyte para tratar la deshidratación en bebés que tienen fiebre, diarrea o vómitos. Estas soluciones de rehidratación contienen agua y electrolitos para ayudar a reponer el cuerpo y mejorar la digestión. Estos productos están disponibles en la mayoría de las farmacias, así que comience a administrar estos líquidos desde el principio en lugar de esperar a que la situación empeore. Siga los consejos de su médico con respecto a la cantidad y el intervalo de alimentación.
2. Continuar amamantando
Además de los líquidos de rehidratación oral, su bebé se beneficiará de la lactancia materna o de la fórmula para bebés sin lactosa. Esto le proporcionará los nutrientes que necesita. Sin embargo, no diluya la fórmula a menos que se le indique hacerlo.
3. Evita ciertas bebidas
Evite darle a su hijo agua simple, bebidas endulzadas, jugos de frutas, leche regular, bebidas deportivas o cualquier bebida con cafeína, ya que no proporcionan los electrolitos esenciales o los que reemplazan son solo los que se pierden con la sudoración. Algunos de ellos incluso pueden empeorar sus síntomas.
4. Busque ayuda médica
Es posible que no esté seguro de si su bebé está deshidratado de manera moderada o grave, por lo que si su bebé parece estar más enfermo de lo normal, es mejor que consulte a un médico. En la clínica u hospital, el médico solicitará que se realicen análisis de sangre para verificar los niveles de electrolitos de su bebé. Se pueden usar líquidos intravenosos para rehidratar a su bebé. No es raro que algunos bebés sean alimentados a través de un tubo nasogástrico (NG) que se inserta a través de la nariz y en el estómago del niño para la administración de alimentos y líquidos.
Cómo prevenir la deshidratación en los bebés
1. Mantener una buena rutina de hidratación
Siempre asegúrese de que su bebé tome muchos líquidos, especialmente en los días calurosos o cuando esté enfermo. Continuar amamantándolo o amamantándolo. A los bebés de seis meses y a los niños mayores se les puede dar un poco de agua, aproximadamente 4 onzas diarias, hasta que puedan tolerar los alimentos sólidos. Pregúntele a su médico acerca de dar pequeñas cantidades de agua a los bebés más pequeños.
2. Cuida lo que tu bebé bebe
Evite darle a su bebé bebidas endulzadas o sodas carbonatadas que pueden dañar sus dientes y su salud. Diluya el jugo de su bebé con agua. La Academia Americana de Pediatría recomienda limitar el consumo de jugo de un bebé a entre cuatro y seis onzas por día.
3. Esté alerta a los factores de riesgo de deshidratación en los bebés
- Calentamiento excesivo
Durante el calor, su bebé necesitará más líquidos de lo habitual. Además, tener demasiada actividad o sentarse en una habitación cálida y tapada puede resultar en sudoración y pérdida excesiva de líquidos.
- Fiebre
Cuando su bebé tiene fiebre, es mejor ofrecerle muchos líquidos. Si tiene problemas para tragar, pídale al médico un analgésico para bebés para ayudar a aliviar las molestias. Evite dar aspirina, que puede llevar a una condición rara pero grave conocida como el síndrome de Reye.
- Diarrea y vómitos.
La gastroenteritis aguda puede causar pérdidas masivas de líquidos a través de vómitos y diarrea. Administre soluciones de electrolitos para bebés mayores de 3 meses si han estado vomitando. Evite darle medicamentos de venta libre a menos que el médico los recomiende.
- Dolor de garganta
Los bebés generalmente tienen dificultad para tragar cuando tienen dolor de garganta. Pregúntele a su médico si puede darle a su bebé fuerza de acetaminofén / ibuprofeno para reducir la molestia. Ofrezca leche materna o fórmula en pequeñas cantidades con la frecuencia que lo tolere.