Golpearse la cabeza es muy común en los niños. Los estudios han demostrado que los niños son mucho más propensos a hacer esto que las niñas. El hábito puede aparecer por primera vez alrededor de los 6 meses de edad y puede continuar hasta que el niño tenga 24 meses de edad. Casi todos los niños superan este hábito cuando tienen tres años.
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Causas del golpe de cabeza en los niños
- Confort propio: la razón más común por la que los niños se golpean la cabeza es porque buscan el confort en sí mismos. La acción rítmica de este hábito ayuda a relajarlos e incluso los ayuda a quedarse dormidos.
- Alivio para el dolor: si el niño sufre de dolor de oído o de dentición, entonces el golpearse la cabeza podría distraerlo del dolor.
- Frustración: Los niños pequeños también pueden comenzar a golpearse la cabeza si están enojados, frustrados o lanzando una rabieta. No es fácil para ellos expresar todas sus emociones por el momento y este hábito puede ser una salida para esas emociones. Incluso los niños de tan solo unos meses pueden sentir estrés, pero en ese momento no tienen la capacidad de expresar esas emociones.
- Una necesidad de atención: los niños que golpean la cabeza también pueden surgir de la necesidad de llamar la atención. Los niños son muy rápidos de entender y aprender lo que les llama la atención. Si descubren que sus padres o cuidadores se preocupan por ellos a causa de estos golpes en la cabeza, entonces pueden seguir haciéndolo aún más.
- Un problema de desarrollo: golpearse la cabeza también puede ser una señal de que el niño sufre de algunos problemas de desarrollo. El signo no es suficiente para diagnosticar nada por sí mismo; sin embargo, podría despertar sospechas, especialmente si se observan otros signos también. El autismo, el síndrome de Tourette y el trastorno obsesivo compulsivo son algunas de las afecciones que podrían asociarse con los golpes de cabeza en los niños.
¿Qué puedes hacer al respecto?
1. Preste atención a su hijo cuando no esté golpeando
Si nota que su hijo está golpeando la cabeza, entonces resista la tentación de prestarle atención. En su lugar, preste mucha atención cuando su hijo no se esté golpeando la cabeza.
Al hacer un escándalo o incluso regañar al niño por el hábito, los padres a menudo terminan haciendo las cosas peor que antes. Recuerde que su hijo no entiende realmente por qué está equivocado, por lo que gritar o regañar a su hijo no funcionará.
2. Proteja a su hijo de lesiones
Los niños a menudo se golpean la cabeza contra los costados de sus cunas, por lo que es necesario asegurarse de que este acto no provoque que las tuercas o tornillos se aflojen. Compruebe la integridad estructural de la cuna cada pocos meses.
Puede mantener un poco de edredón o una cubierta suave en el costado de la cuna para que el niño no se lastime la cabeza. Algunos padres tienen muchos juguetes de peluche o cojines en la cuna para proteger a sus hijos, pero se debe tener cuidado para asegurar que no se conviertan en un peligro de asfixia.
3. Ayude a fomentar el amor por el ritmo de su hijo de otras maneras
Su hijo puede golpearse la cabeza porque le gusta el ritmo. En este caso, puede fomentar el amor por el ritmo de su hijo de otras maneras.
Anima al niño a aplaudir contigo en ritmo. Marchar o tocar la batería también puede servir como una salida saludable. Los padres también pueden mantener música rítmica en la habitación de sus hijos.
4. Aplicar una rutina calmante para acostarse
Golpear la cabeza en los niños también puede ser una forma de calmarse al final del día. Si descubre que su hijo se está involucrando en el hábito después de un largo día, intente establecer otras rutinas para la hora de ir a la cama, como un baño tibio o algunos cuentos y música suave para dormir.
Las rutinas son muy tranquilizadoras para los niños y pueden ayudar a fomentar buenos hábitos.
5. Consultar a un médico
Si ninguna de las sugerencias mencionadas anteriormente ayuda, entonces definitivamente debería llevar a su hijo a ver a un médico. Trate de exponer sus inquietudes al médico para que él / ella lo tome en serio. A veces, este hábito se define como normal cuando es necesario realizar más investigaciones.
Si lleva un diario, intente analizar lo que sucedió antes y después de que se produjera un golpe en la cabeza. Usted puede encontrar que un alimento específico es el culpable.
Si se preocupa por la seguridad y el bienestar de su hijo, llévelo a la sala de emergencias. Golpearse la cabeza en los niños puede ser un signo de rutina en la mayoría de los casos, pero también puede indicar una condición subyacente más grave en casos raros.